quarta-feira, maio 23, 2007

Carta sin despedida

A veces, mi egoísmo me llena de maldad,
y te odio casi hasta hacerme daño a mí mismo:
son los celos, la envidia, el asco al hombre,
mi semejante aborrecible, como yo corrompido y sinremedio, mi querido hermano y parigual en la desgracia.
A veces -o mejor dicho: casi nunca-, te odio tanto que te veo distinta.
Ni en corazón ni en alma te pareces a la que amaba sólo hace un instante, y hasta tu cuerpo cambia y es más bello -quizá por imposible y por lejano-.
Pero el odio también me modifica a mí mismo, y cuando quiero darme cuenta soy otro que no odia, que ama a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo, que lleva tu apellido, y tiene,igual que tú, el cabello largo.
Cuando sonríes, yo te reconozco,identifico tu perfil primero, y vuelvo a verte, al fin, tal como eras, como sigues siendo, como serás ya siempre, mientras te ame.
Ángel González

Porque sim...


Porque lá no fundo somos todos iguais e boa gente...